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MÁS ALLÁ DE LAS ETIQUETAS

Las etiquetas están más de moda que nunca. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) actualmente pueden encontrarse más de 450 ecoetiquetas diferentes con todo tipo de mensajes, apelando a la presunta responsabilidad del producto: reciclabilidad, ahorro de agua, cultivo ecológico, eficiencia energética, bienestar animal…

Desde el comercio local se va percibiendo el creciente interés de los consumidores en el campo de la sostenibilidad, pero también una preocupante falta de información y una cierta desconfianza. Solo un 5% de los consumidores se declara bien informado sobre los requisitos para que un producto pueda anunciarse como verde o lucir ecoetiquetas. Mientras que el 72% no se considera capaz de distinguir entre etiquetas verdes verificadas y no verificadas.

Pongamos un ejemplo, el triángulo de flechas. Este logotipo sólo señala que está hecho con materiales que ‘pueden’ ser reciclados, pero no garantiza que esté hecho de materiales reciclados o vaya a ser reciclado.

Por eso es importante que a la hora de planificar la estrategia de marketing de nuestro comercio, evitemos caer en el conocido como “greenwashing”. Esta es una estrategia para vender más aprovechando el aumento de sensibilización ciudadana en esta materia, pero que puede acarrear muchos disgustos a poco que los clientes indaguen y se den cuenta de que no es oro todo lo que reluce. ¿Cómo se pude evitar?

  • Conocer bien los productos que se venden, trabajar codo a codo con los proveedores que los suministran y contar con etiquetas fiables. Algunos ejemplos de estas etiquetas son:  MSC (productos de pescado y marisco), ECO CERT. (comercialización de cosméticos y detergentes naturales y ecológicos), ECOLABEL (detergentes, pinturas o suelos laminados), COMERCIO JUSTO (estándares ambientales, sociales y económicos en la producción de algodón, café, té, cacao, etc.), FSC (madera o papel) o OEKO-TEX. (Textiles de confianza sin sustancias nocivas).
  • No sólo hay que parecer honrado, sino SERLO. Hay que estar preparado para demostrar lo que se anuncia y ser transparente. Por ejemplo, en el texto de la nueva Ley de Residuos, se estudia que el uso del concepto ‘reciclable’ en un envase pueda ser demostrable y esté certificado por un tercero.
  • Menos es más. Optar por la sencillez. No comunicar nada que no entiendan nuestras madres, aunque sea tendencia y parezca que sitúa a nuestro comercio en la vanguardia.
  • Formarse continuamente y en caso de duda, pedir ayuda o consejo. Ya lo decía la sabiduría popular: cuatro ojos ven más que dos.

En otro lugar quedaría el debate del precio de este tipo de productos y servicios. Un planteamiento honesto debería repercutir el precio de las externalidades negativas (contaminación, explotación laboral, …) en el precio del producto final. Haría que lógicamente los productos sostenibles no fueran necesariamente más caros. Pero esto no se hace hoy así. En el estudio arriba mencionado, el 44% de los consumidores estaría dispuesto incluso a pagar más por un producto o servicio con una certificación verificada. Aún quedaría un gran sector de la población que no podría o no querría optar por esa opción. Todavía queda mucho por hacer no sólo desde el comercio, sino también desde las administraciones e industrias para trabajar en pos de la sostenibilidad. Pero no se puede negar que soplan vientos nuevos para el comercio. El perfil de consumidor está cambiando: el 88% de los consumidores considera útil que los productos ofrezcan información medioambiental y el 63% dice que prefiere un producto con una etiqueta medioambiental que otro sin ella. ¿Ha empezado ya tu comercio a aprovechar esas nuevas brisas alejándose del marketing cosmético? ¿Conoces o cuentas ya con alguna etiqueta o certificación en tu negocio? ¡Adhiérete a la campaña Yo Soy Comercio Sostenible!

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1 comentario en «MÁS ALLÁ DE LAS ETIQUETAS»

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